¿Qué es el interés compuesto? La fórmula “mágica” del ahorro y la inversión.

Entre las estrategias más apreciadas en el mundo financiero, está la fórmula del interés compuesto. Veamos de qué se trata y cuáles son sus beneficios.

¿Qué es el interés compuesto?

La definición técnica del interés compuesto se representaría como la acumulación de intereses que se han generado durante un período de tiempo determinado por un capital inicial, a una tasa de interés durante varios periodos de imposición. De tal forma que la rentabilidad generada en cada período de inversión, no se retira, sino que se reinvierte para que los mismos vuelvan a generar más rentabilidad, aumentando en cada período el capital inicial invertido, es decir, se capitalizan. También se conoce como el “efecto bola de nieve”.

Para hacerlo más visual, se explicará mediante un ejemplo muy simple y gráfico, como sería el efecto que ocurre cuando tiramos una bola de nieve por una pendiente, que cada vez es mayor su tamaño.

Pongamos que nuestro capital inicial es la bola de nieve. A este capital inicial (bola de nieve), le aplicamos un interés (%) que nos dará una rentabilidad. La pendiente por la que dejaremos caer la bola de nieve representa el tiempo en que nuestro capital inicial, junto con su interés, está trabajando. Como resultado, tenemos que cada vuelta que da la bola de nieve (capital inicial + interés), su tamaño aumenta, y en cada vuelta de más que da, se acumula la rentabilidad de la vuelta anterior, de esta forma, cuanto más tiempo esté la bola de nieve haciendo vueltas, mayor será su tamaño. Pues de igual forma pasa con nuestro capital inicial, a mayor tiempo mantengamos reinvirtiendo nuestro capital y sus intereses generados en el tiempo, mayor capital acumulado tendremos, permitiendo en base a la rentabilidad y el tiempo, que nuestro dinero trabaje y, como consecuencia, aumente su valor/cuantía.

En resumen, que retroalimentamos nuestro capital inicial con la rentabilidad generada por el interés aplicado, permitiendo un crecimiento constante y exponencial del mismo.

Lo que tenemos que mentalizarnos es que el dinero, igual que una persona, necesita su tiempo para empezar a trabajar y obtener resultados, para ello lo más práctico en este tipo de ahorro/inversión es ir reinvirtiendo los beneficios para que los mismos vayan capitalizando con el tiempo a base de retroalimentarse.

A continuación, voy a poner un ejemplo de una simulación usando la formula del interés compuesto. Para ello, os dejo aquí el link de nuestra calculadora de interés compuesto, junto con otras calculadoras que pueden seros de utilidad, en el siguiente enlace: Calculadora de interés compuesto | Bufete Pérez-Pozo

SIMULACIÓN CÁLCULO INTERÉS COMPUESTO

Pongamos que decidimos empezar a ahorrar para poder cancelar la hipoteca de la casa. Decidimos invertir una parte de nuestros ahorros, 10.000€ y seguiremos haciendo aportaciones mensuales de 150€, a un instrumento de ahorro que genera un 6% de rentabilidad anual, con el objetivo de retirarlo pasado 30 años.

El Resultado que obtenemos, mediante el interés compuesto, y simulando unas condiciones de mercado que mantienen la rentabilidad anual al 6%, obtenemos que nuestros ahorros, habiendo aportado un total de 64.000€, nos habría generado un total, con el interés acumulado, de 211.000€.

Veamos de forma más visual mediante un gráfico cómo se representaría lo que hemos comentado.

Como podéis observar, de la inversión inicial (10.000€), las aportaciones periódicas (siguiendo con el ejemplo, los 150€), junto con la rentabilidad del capital que se va acumulando (6% anual), tienen como resultado un aumento exponencial en el tiempo, todo ello gracias al interés compuesto.

A modo comparativo, a la hora de ver la diferencia entre, por ejemplo, mantener nuestro dinero en cuentas corrientes (0,01%) de rentabilidad, o con instrumentos financieros, por ejemplo, de ahorro a largo plazo (6%), la diferencia final de capital a 30 años vista (sin tener en cuenta inflación y otras posibles cargas), sería el siguiente:

Con el interés compuesto, habríamos obtenido un resultado de 211.000€, habiendo aportado un total de 64.000€.

Si hubiéramos hecho el mismo ahorro en una cuenta corriente, el capital aportado sería prácticamente que el mismo capital generado a lo largo de 30 años, teniendo como mucho alrededor de 70.000€.

La conclusión de tal resultado se reduce a algo muy simple, y es que haciendo uso del interés compuesto y manteniendo las aportaciones mensuales junto con el ahorro generado en cada periodo, de esta forma se obtiene un mayor rendimiento de nuestro capital, todo ello obra de haber hecho trabajar el dinero, y hacer que el mismo se retroalimente, obteniendo mayores resultados.